La Marina, 1780-1822

78 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS pagos de ranchos y otros necesarios en moneda de oro; y que era corriente se cambiaron algunas de ellas en el puerto y aún se dice que los Oficiales de estos buques en sus juegos solo oro era el que ponían, y esto sucedió mucho antes que el Paylebot correo se apresase por la Patria. Preguntado si luego que llegó el Comandante de la Provincia don Felix Olazábal acompañado del Gobernador Político vió lo que estos practicaron en atención al registro del Paylebot, dixo: Que inmediatamente que estos dos señores J efes llegaron a este puerto el veinte y tres de Marzo pasaron de contado ambas au– toridades unidas a bordo del Paylebot correo asistidos del Juez de Marina don Manuel Otoya, don Domingo Cordero, Administrador de esta Aduana Patriótica, el de Correos don Vicente Castañeda, don Manuel Reyes Oficial Mayor, el señor Ayudante don Bernardo So– ffia, y el que declara, igualmente, y asimismo asistieron el Secre– tario de Gobierno don Manuel Revolledo, don José Ildefonso Pa– lacios, don José María Delgado y otros varios que no se acuerda, y que todos estos señores entraron a la Cámara y sentándose por su orden empezaron a reconocer quanto contenía (foL 65) dicho buque, poniéndolo a disposición de los señores el mismo Contra– maestre Victoriano Cárcamo y el pañolero Agustín Moreyra, lle– vando de todo esto una razón por escrito el señor Gobernador Político don Manuel Dieguez con tanta proligidad que hasta unos botes que antes habían tenido aceite de linazas se tomó razón de ellos, y concluida esta operación de la Cámara pasaron a la bodega y reconociéndola con toda la escrupulosidad debida, y tanto que hasta un barril de tocino se le tanteó y reconoció muy bien: evaquado este paso se reconoció la escotilla de proa Y a presencia de dichas autoridades se sacaron de ella unos sables Y un costal de cartuchos desbaratados de fusil, que hacía esto como el demás corto armamento que cargaba el buque le fué entregado al que declara y existe en su poder para servicio de la Patria, cuyos apuntamientos deben constar de la propia letra del Secr e– tario de Gobierno don Manuel Revolledo. Preguntado si sabe el paradero de don Miguel Gamón, Capi– tán que fué del Paylebot Sacramento, dixo: Que si, en la ciudad de Guayaquil, para donde pidió licencia en fuerza de hallarse en este puerto en tanta necesidad que todos los días salía a pescar al mar para mantenerse con su familia y que habiendo a rribado a este puerto (foL 58v) la Goleta de don Agustín Zubillaga, que xenía del Ejército Libertador, éste con su paisano tuvo compasión de sus atrasos y le propuso se lo llevaría a Guayaquil en donde

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