Primer Congreso Constituyente

38 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE SESION DEL DIA 5 DE SEPTIEMBRE Leida y aprobada el acta del día Miercoles tres, por cuarenta y tres señores que concurrieron, el Sr. Presidente expuso que los señores que componían la Comisión especial que se nombró para aclarar cuales eran los hechos positivos de que se encarga la orden de diez y nueve del pasado, habían solicitado se agregasen otros señores, y que al efecto nombraba a los señores Arias, Quezada, Mariátcgui )' Forcada. Continuó la discusion del proyecto de Ja Constitucion, y leido el artículo cuarenta y ocho que había quedado pendiente en la sesion anterior, el Señor Lara opinó que la subsistencia de los Diputados debía deducirse del tesoro nacional, y no correr de cuenta de las res– pectivas provincias, haciendo algunas reflecciones oportunas al intento. El Señor Mariátegui insistió como en la sesion precedente, en que el ar– tículo indicaba la obligación de las provincias a Ja mantencion de sus Diputados, pero que de ningun modo les imponía desde ahora la estrecha obligacion de dar a los Diputados sus dietas. E l Señor Ara– nibar apoyó el artículo. El Señor Bedoya opinó: que el artículo debía concluirse en estos términos: "aunque Ja subsistencia de los Diputa– dos, durante su comision es de cuenta de su respectiva provincia con– forme a la tasa permanente que se asignase por la ley, por ahora atendiendo al estado actual del Perú, se deducirá el haber de los Di– putados del Tesoro nacional". El Señor Aranibar, tomó segunda vez la palabra, y contestó a las reflexiones que el Sr. Bedoya hizo para fun– dar su opinion. El Sr. Unanue apoyó el dictamen del Sr. Mariátegui, demostrando con nuevas observaciones la necesidad que había de que las provincias supiesen la necesidad en que estaban de alimentar a sus Diputados. El Señor Bedoya, tomando por segunda vez la palabra insistió en que el artículo se sancionase en los terminos en que ha– bía expuesto antes. El Señor Mariátegui confutó las reflexiones del Se– ñor Bedoya. El Señor Andueza expuso, que él había promovido de pro– pósito la discusion para que por medio de ella se aclarasen las du– das que pudiesen ocurrir, y se conociese el verdadero espíritu del ar– tículo. El Señor Paredes (Don Gregorio) observó que los Diputados eran los principales empleados de la República, y que así como a los demás se les pagaba del tesoro nacional, debía pagarseles a los Diputados, agregando, que de este modo se evitaría la odiosidad que había de producirles la mantencion de cuenta de las provincias. Se declaró el artículo discutido, y se aprobó según se leía en el proyecto. Se leyó el artículo cuarenta y nueve, y fué ·aprobado sin discusion. Se leyó el cincuenta sin discutirse ni aprobarse por ser base ya jurada.

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