La expedición libertadora

100 cede, corresponderá sin duda al ejército, deberán dejarlos al tiem– po de ponerlas á disposición de su gobierno á no ser que éste lo pida para el uso de la fuerza auxiliar; en cuyo caso se permitirá llevar con precisión de abonar su importe á la tesorería del ejér– cito. Cuando sin embargo de esta medida, no alcanzacen lar armas y fornituras, de que pueda disponer aquel gobierno, para bien ar– mar los dos regimientos, se convendrá por el general en que le se– rán aquí entregadas al comandante de dicha tropa las que nece- 5ite, siendo responsable á su costa. 30~ Los fusiles, artillería, los montajes, pólvora, municionPs, herramientas y demás útiles de parque, que se tomasen al ene– migo, pertenecen al ejército auxiliador; pero se considerarán como de propiedad de Chile los artículos, que antes de la entrada de las tropas del rey se hallaren en sus fortificaciones, parques y almacenes, y como tal serán entregados al gobierno que se cons– tituya bajo formal inventario, á menos que se conceptúen precisos para la continuación de la campaña. 31~ Amás de lo que prescribe el artículo anterior se entregarán gratis al gobierno que se constituya, quinientos fusiles con sus co rreajes y doscientos sables, como una liberal compensación del ar– mamento recogido en Mendoza á los emigrados de Chile en el año 1814. 32~ Del resto del armamento y municiones de guerra de cualquier clase, tomado al enemigo, no t>Odrá enajenarlo el ge– neral sin previo aviso y consentimiento de este gobierno. Ramo político y gubernativo H La prolija observación del genio, usos, costumbres, preocu– paciones civiles ó religiosas de los habitantes de Chile fijará la conducta política del general. Ninguno de aquellos atributos será atacado directa ó indirectamente, como se opongan al objeto de la campaña. La religión dominante será un sagrado de que no se permitirá hablar sino en su elogio; y cualquier infractor de este precepto será castigado como promotor de la discordia en un país religioso; 2~ Siendo notoria la división en que se hallaba Chile por dos partidos poderosos, antes de la entrada de las tropas del rey pren– didos á saber, el uno por la familia de los Carrera y el otro por !a casa de los Larreines, se procurará extinguir la semilla del de– sorden con proclamas imparciales, sin justificar á ninguno de am– bos, ni permitir se renueven las causas de aquel choque fatal;

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