La expedición libertadora

144 (75) Buenos Aires, 24 de diciembre de 1816. Mi amigo amado: Aun no ha llegado el correo de esa, y va á salir el de aquí hoy, para que no se demore demasiado con los días de pascua que empiezan mañana. Ha sido pagado todo lo que se debía al apoderado de esa dudad hasta fines de noviembre en 20.000 pesos que se le entre– garon en onzas en días pasados. El dij9 que los mandaba en nu– merario, y después he sabido que ha tomado varios libramien– tos, en este caso debió exigir un interés á lo menos de dos por ciento á beneficio del Estado, para que hubiese este socorro más á las tropas; examine usted como se ha hecho este negocio, y sea con destreza y reserva. Por el correo de hoy remito libranza á favor de usted de 4000 y pico de pesos que se han podido conseguir, y éstas pagan aquí el dos por ciento porque reciben de contado su dinero sin costos ni riesgos de camino. También estoy casi resuelto á man– dar á todo riesgo otros 4000 oro con el mismo conductor de la balija, para ir completando con éstos y los 10.000 que llevó Vi– da!, los 30.000 que le ofrecí para Ja caja militar. En el próximo mes de enero, podré mandar algo más, pues por ahora es tan imposible como ahorcarme yo de buena gana, y crea usted que el congreso me critica de que atendiendo á ese ejército con pre– ferencia al que los guarda á ellos (esto es Jos diputados en sus cartas confidenciales) y aquí me minan atrozmente diciendo, que desatiendo á la defensa de esto y no pago á las viudas asignacio– nes y oficialidad (de tocios tamaños y colores que están aquí de vagos) por contraerme todo á Mendoza. Sin embargo nada me arredra porque yo obro lo que considero en mayor bien del país en general. Hoy mismo se va á dar principio á los 2000 pares de herra– duras de caballos, que concluídas caminarán por la posta. Vino por fin el reglamento del congreso, y cuando yo espera– ba que en razón de las circunstancias franqueasen las trabas en que está el director del Estado, lo ligan cada vez más. Mandan formar una milicia cívica en todos los pueblos al mando de los cabildos. ¡Qué de desórdenes dimanarán de esta disposición! Di– cen que toda la oficialidad cívica, desde capitán inclusive abajo

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx