La expedición libertadora

146 Me dice usted que todo está listo, excepto los últimos pedi– dos, y que es lo único que lo demora para moverse. Como todo ha caminado de aquí, debo considerar á usted expedito muy pronto, y sino en todo enero, á lo menos en febrero puede estar decidida la suerte de Chile. Protesto á usted que estoy con un miedo más grande que yo, y que no sosegaré hasta que sepa que usted ha concluído á ese bárbaro gallego. Para serenar mis cuidados, sería bueno que usted dejase establecida una carrera de comunicación en la cordillera, situando hombres del país en puntos aparentes, y por su retaguardia, con provisiones, etc., para hacerme volar hasta Mendoza sus partes, y de allí por plie.go en posta, de todo lo que ocurra capaz de interesarme en bien ó en mal. Yo no sé si esto ·será fácil, porque no conozco el terre– no, pero lo indico á prevención. Ya hace tiempo que caminó la asignación hasta diciembre, que usted me pide con instancia; y también ha ido parte de los 20.000 pesos, y el resto irá por el correo, si no encuentro li– branzas. ¡Cómo ha de ser! que tengan paciencia Jos arrieros y que co– rran la suerte que nos toque. Vida! me avisa que ha tenido 32 desertores hasta su llegada á esa; yo no sé qué hacer para cortar este vicio en las tropas. Hemos tratado de la ida de Guido, y se ha resuelto que á la primera noticia de haber ocupado usted á Chile, saldrá de aquí. No sabe usted todo el sacrificio que hago en desprenderme de este joven, que es el que me lleva todo el despacho de la guerra. Los últimos despachos para los oficiales están ya en la ins– pección y caminarán por correo de hoy. También remití ya el despacho para don Manuel Rodríguez, de Chile. Están listos los instrumentos de matemáticas que usted me pide, pero es imposible que vayan por el correo, porque á más de ser voluminosos, se harían pedazos con la violencia del mo– vimiento del caballo, por más que se cuide de su acomodo. El teodolito y el pantógrafo me han costado cuatrocientos veinte y cinco pesos. Anoche llegó el correo del 22. Me ha llenado de ira la crueldad de ese indigno gallego Mar– có: va la orden para que usted fusile á sus espías aprehendidos, procurando que esta ejecución llegue á su noticia. Si la suerte lo llega á poner en nuestras manos, hágale usted sentir Jos efectos de su grosera educación en la insolente contestación que ha traí– do Alvarez. Nada me dice usted de Iaz observaciones de este amigo en

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