La expedición libertadora

149 He dispuesto que del armamento sobrante que hay en Men• cloza se remitan trescientos fusiles a Córdoba porque temo que los santafecinos no devuelvan los que quitaron: espero contes– tación de Vera sobre esto. Yo no quisiera ensangrentarme con Jos habitantes de Santa Fe, que harto han sufrido con la entra– da de Díaz Vélez contra mi orden, por cuya consideración he sufrido más de lo que manda el decoro del destino que ocupo; pero si se obstinan en precipitarse, obraré como un estrago y será ejemplar el escarmiento. Luego que lleguen las libranzas que usted me anuncia, serán ~atisfechas. Yo también presiento como usted, ventajas en la expedición sobre Chlle: todo se presenta favorable. No obstante yo temo por la importancia misma de la empresa. Me deja usted en la curiosidad del pasaje de poca integridad 6 cuando menos de abandono en los intereses públicos, que me indica haber ocurrido en ésa: en esto debe haber un celo y rigor siempre alerta. Muy bien hecho en alejar a todo español y sospechoso de esa ciudad: sin estas precauciones burlarán siempre nuestra vigi– lancia: sientan ellos el peso del mal que nos hacen. En su última carta del 4 me dice usted que iba á ocupar el día siguie.nte en la bendición de la primera bandera de ese ejér– cito: ¡Dios la haga una santa y bienaventurada! Me dice usted que recibió muy á tiempo los cuatro mil pesos en oro, y los otros cuatro mil .en. libranzas, cuyo cobro ignoraba usted si se había verificado: avise usted de todo, porque el dinero ha sido entregado aquí al recibir el papel sobre ésa. Por fin ha resuelto el congreso su traslación a esta capital y ha decretado su salida de Tucumán para el 1 ~ de febrero. Ha nombrado una comisión de tres diputados para que se anticipe á estar cerca de mí en clase de consejo, y me anuncian que esta– rá aquí del 20 al 25 actual: los que fa componen son los docto– res Darragueira, Castro y Carrasco: ¡y siempre doctores! Ellos se gobiernan y pretenden gobernar el país con teorías, y con ellas nos conducen á la disolución. Sin embargo, yo estoy al frente de todo, y teniendo cerca á los congregados les haré ver la razón. Entretanto, he suspendido la publicación del regla– mento de acuerdo con la junta de observación, hasta la llegada del congreso, y si fuere necesario tocar los resortes que usted me indica, lo avisará oportunamente. Yo confío que no será ne– cesario que usted se retire á limpiar botas á un país extranjero, porque hemos de establecer el orden en el nuestro ó ha de car-

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