La expedición libertadora

195 escuadrón y la escolta cayó por la derecha, como denota el plano, les hizo un estrago terrible. Nuestra Caballería llegó aquella tarde hasta el Portezuelo de Colina . .. Toda su Infantería pereció. Sobre 600 prisioneros con 32 oficiales, entre ellos muchos de graduación; igual o mayor número de muertos: su Artillería, un Parque y Al– macenes considerables, y Ja bandera del Regimiento de Chiloé, fueron el primer fruto de esta gloriosa jornada. Sus consecuencias han sido aún más importantes. El presidente Marcó, en medio del terror y confusión que produjo la derrota, abandona la misma noche del 12 la capital; se dirige con un resto miserable de tropa sobre Valparaíso, deja en la Cuesta de Frado to– da su Artillería: teme no llegar a tiempo de embarcarse; corre por la Costa hacia San Antonio, y es tomado con sus principales sa– télites por una partida de Granaderos a caballo al mando del arro– jado capitán Aldado, y el patriota don Francisco Ramírez. Maña– na se espera en esta Capital. Todos estos sucesos prósperos son debidos a la constancia que han manifestado los Jefes, oficiales y tropa, dignos todos del mayor aprecio de sus conciudadanos y de ia consideración de V. E. Sin el auxilio de los Brigadieres Soler y O'Higgins, la expedición no habría tenido resultados tan decisivos: les estoy sumamente re– conocido; así como a los individuos del Estado Mayor, cuyo 2~ Jefe el coronel Beruti me acompañó en la acción, y comunicó mis ór– denes e igualmente que lo ejecutaron, a satisfacción mía, mis Ayu– dantes de campo el coronel don Hilarión de la Quintana, don José Antonio Alvarez, don Antonio Arcos, don Manuel Escalada y don Juan O'Brien. La premura del tiempo no me permite expresar a V. E. los Ofi– ciales que más se han distinguido; pero lo verificaré luego que sus Jefes me pasen los informes que les tengo pedidos, para que sus nombres no queden en olvido. Finalmente, el comandante Cabot sobre Coquimbo, Rodríguez sobre San Fernando y el teniente coronel Freire sobre Talca, tie– nen iguales sucesos. En una palabra, el eco del patriotismo resuena por todas partes a un tiempo mismo, y al ejército de los Andes queda para siempre la gloria de decir: En veinticuatro días hemos hecho la campaña; pasamos las cordilleras más elevadas del globo concluímos con Jos tiranos, y dimos la libertad a Chile. Dios guarde a V. E. muchos años. Santiago de Chile, febrero 23 de 1817.- Excmo. señor.- José de San Martín.- Excmo. sefior Director Supremo del Río de la Plata. DASM.- XI.-22-23

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