La expedición libertadora

229 INSTRUCCION QUE EL VIRREY DE LIMA DA AL SEJ\l:OR BRIGADIER DON MARIANO OSSORIO, NOMBRADO GENERAL EN JEFE DEL EJERCITO EXPEDICIONARIO DE CHILE PARA SU MANEJO EN EL MANDO DE ESTE Y EL DE TODO EL REINO, LUEGO QUE SE VERIFIQUE SU RECUPERACION DE QUE VA ENCARGADO (129) ARTICULO l. La desgraciada acción de Chacabuco ocurrida el 12 de febrero de este año, puso en manos de los r~beldes todo aquel país, excepto la reducida Península de Talcahuano, a donde el coro– nel Ordóñez, Gobernador de la Provincia de Concepción, con anun– cios de la derrota del Ejército real, y evacuación de la capital, igno– rante de la suerte del General y Presidente Marcó, y estrechado por una división que destacó el enemigo sobre él, se retiró con el peque– ño número de tropas que tenía a sus órdenes, y desde allí me ofició al instante manifestándoseme empeñado en hacer una porfiada resis– tencia y conservar la plaza a toda costa hasta que la mayor fuerza, que esperaba que yo le despachase, y mejores circunstancias facili– tasen la extensión de las operaciones y se pudiese pensar desde aquel punto de apoyo en la reconquista del Reino. Por fortuna su ventajosa loca1idad y la anterior preparación con una línea de grue– sas baterías han verificado las miras de la ocupación de Talcahua– no; y el benemérito Ordóñez reforzado y auxiliado con las continuas remesas de tropas, armas, plata, víveres y municiones, que empecé a hacerle desde que tuve noticia del suceso, ha sabido defenderlo efec– tivamente hasta el día contra fuerza muy desigual con un valor, constancia y decisión sobre manera recomendables. Desde un prin– cipio coincidieron mi pevisión y aspiraciones con el plan de este Jefe; y cuando en obsequio de él he sacrificado grandes recursos y empleado los mismos brazos destinados a la seguridad del territo– rio que inmediatamente mando, ha sido, porque al mismo tiempo que he advertido la importancia de la posesión de aquel palmo de tierra para la reducción total del Reino, conozco que ésta es absolu– tamente necesaria para la tranquilidad y bienestar de este Virreina– to, para la ulterior conservación de las Provincias subordinadas de él de Buenos Aires, y para la mejor suerte del Ejército situado en ellas, con el objeto de contener las irrupciones de los revoluciona– rios. Dueños absolutos éstos de Chile, era consiguiente la pérdida de las importantes plazas de Valdivia e Islas de Chiloé; y entonces concentradas sus operaciones y con mayores medios de defensa en

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