La expedición libertadora

278 De ese comercio hay dos que deben á la testamentaría de mis sobri– nos Sáenz Valiente, de que soy primer albacea, y son don Francis– co Izquierdo y don Manuel Romero. Si no son buenos que la pa– guen, avisándome usted con tiempo para que no padezcan los in– tereses de mis menores. Adiós, mon frére cherl, de su eterno amigo. Juan Martín. Prevengo á usted que los 1000 reclutas chilenos deben ser es– cogidos para el regimiento de Granaderos que quiero completar, á lo menos en los 500 y los otros para húsares y artilleros. --0- Buenos Aires, 10 de marzo de 1817. (149) Amigo y hermano mío: Al tiempo de salir ayer el correo, llegó el capitán Pacheco con la bandera y guión que usted me ha enviado. Cabalmente llegó en el primer día de las funciones que hace el Cabildo, y fueron deposi– tadas en los balcones de la municipalidad, sirviendo de trofeo entre una lucida iluminación y las músicas de los regimientos al retrato del general San Martín coronado con una corona de laureles por un genio que representaba la fama: hubo fiesta de pólvora y muchos vivas al vencedor y restaurador de Chile. Con este motivo se suspen– dió el despacho hasta hoy para poder decir á usted algo en contes– tación. Muy mal hecho en no haber salido por algunos días al campo, según lo aconsejaban los galenos: mientras esté usted á la inme– diación de Jos negocios, no le han de faltar ocupaciones: déjelo usted todo por el tiempo necesario, porque lo más interesante y eje– cutivo es la restauración de su salud. Haga usted que Marcó y todos los principales jefes prisioneros vengan á San Luis. Marcó fugó varias veces siendo prisionero de los franceses; y si está cerca de las costas del mar será muy fácil que

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