La expedición libertadora

286 sería al menos el establecer baterías equidistantes avanzadas de la chacra del Manzano, con el objeto de estrechar el asedio y re– ducirlos por hambre, poniéndose el grueso de nuestra fuerza bien atrincherada para librarnos de un golpe de desesperación. Como es preciso hacer algo en todo el próximo mes para quitar este punto de reunión al enemigo, encargue usted mucho a O'Higgins que se atrinchere en el istmo con una línea de contravalación, y por reductos equidistantes, pues es bien sabida aquella vieja má– xima que todo ejército atrincherado triplica su fuerza. Tomando el Morro veo fácil continuar a la población y el enemigo, cortado, no tiene más arbitrio que rendirse. Para esta empresa considero necesarios 2500 a 3000 hombres, supuestos 1500 al enemigo, y para no perder gente, porque no puede dejarse descubierto nuestro campo por la parte de Cocepción aun en el caso que ocupemos Talcahuano, siempre que no estén rendidas todas sus fortifica– ciones. Por último, todas mis observaciones sólo deben tener el carácter de tales en la consideración de usted, y debe, por consi– guiente, disponer según lo que juzgue más util, porque sobre que mis conocimientos son escasos, me falta la vista material del te– rreno, de cuyas elevaciones respectivas no puedo formar juicio exacto sobre el plano. Es cierta la especie de que Aguirre llevó empleados con los fondos de ese Estado; yo temo mucho de sus genialidades, pero estoy seguro de su pureza. Parece que llevó algunos efectos, pero fue con fondos propios. En la última de 18 próximo pasado me dice usted que acaba de llegar de Valparaíso. Es muy bien hecho que usted haya retira– do de aquel punto toda la artillería necesaria. No hay aquí cure– ñas sobrantes; usted sabe cuanto es cara la madera; veré, sin em– bargo, si se encuentran algunas de mar, que lo dificulto mucho porque no vienen buques artillados con piezas de a 24 que son las que usted me pide, y en el caso de hallarlas las mandaré por el pri– mer buque. Ya habrá usted visto lo que resolvió el congreso sobre el gra– do de usted, y yo en consecuencia. Camarada, que sea esta la úl– tima simpleza de su extremada delicadeza. Hace tres días que salió la tropa con la pólvora pedida para ese Estado; irá oportunamente la cuenta de su valor y gastos, que deberá usted insinuar que se remita pronto. Quedo enterado de todos los demás puntos de que usted me habla, y lleno de gusto por la buena salud que me dice disfruta.

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