La expedición libertadora

289 Me pide usted noticias de Europa: lo más interesante va in– serto en nuestras gacetas, esto es, lo público. De privado se sabe el triste, el miserable, el turbulento, el impotente y el afligido es– tado interior de la España. Francia se ve igualmente amenazada de convulsiones causadas por el gran disgusto que hay contra Luis XVIII que está por sus enfermedades próximos a la muerte y se cree que ésta será la señal de alarma general. La Europa toda opina generalmente por la necesidad y aun por la conveniencia de la emancipación de las Américas y colonias españolas. Se espera muy fundadamente que esta opinión obligará muy pronto á los gabinetes á tomar una intervención activa en el particular. Todo anuncia que seremos pronto libres del yugo eu– ropeo: procuremos nosotros librarnos aquí del que quieren impo– nernos los facciosos, y veremos los días de serenidad y de descan– so porque usted anhela con el mismo tesón é interés que su eterno amigo, .Juan Martín. Yo no sé si podré escribirá Guido: que lea ésta y que lo cuide á usted mucho como á su hermano y tan afecto. Chacra San Isidro, 22 de octubre de 1817. (156) Amigo de todo mi aprecio: Tengo tres cartas de usted del mes de setiembre, á que no he contestado: creí que en el campo tendría más lugar que en la ciu– dad, pero por cierto que me ha sucedido lo contrario. Los acuerdos diarios que debo hacer yo sólo, el despacho que me ocupa más de una hora en la firma, los huéspedes que siempre tengo en casa, los pretendientes que siempre son prolijos y molestos, y mis remedios, que me tienen toda la mañana con las brasas en la mano, me tienen tan apurado que para todo me falta lugar. No extrañe usted, pues, mis faltas de contestación. A pesar de todos estos inconvenientes á

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx