La expedición libertadora

292 rre pues con ellos se podrá aquí hacer mucho más que en Nor– te América. Las dos fragatas que aprestará Aguirre no bastan para nuestra empresa; las contratas celebradas con los extranjeros pa– rece que no nos sacarán del apuro porque ni noticias hay de ellas, y es muy inseguro este recurso para descansar y fiar á él nuestras esperanzas. Abrasele una acequia al Jordán aunque sea con traba– jos y vamos á asegurar la cosa, pues de lo contrario será preciso variar de ideas. Dígale usted á Balcarce que recibí con placer su carta ael 22 pasado en que me avisó su llegada y que le contestaré en el inme– diato correo. A Guido escribo pero sucintamente; y me referiré á lo que digo á usted sobre el armamento de Norte América. Mi salud ha ganado mucho con mi salida al campo; deseo sa– ber que usted se halla ya en una buena chacra, porque estoy segu– ro de su completo restablecimiento; que desea con verdadero anhe– lo y el más cordial sentimiento de afecto, su más constante amigo. Juan Matrín. -0-- Buenos Aires, 9 de diciembre de 1817. (158) Amigo de mi afecto singular: Ya he satisfecho á usted en mis anteriores sobre los motivos que causaron mi [falta de contestación á algunas cartas: hoy me he venido á la ciudad para despachar los correos, porque me es imposible hacerlo en el campo. En la última de 14 de noviembre como en la del 11 me habla usted de mi negativa á la licencia, que pidió para venir á Mendoza; ya dije á usted que todos sus amigos han sido los que lo determina– ron así, porque consideraron peligrosa su separación de ese país. En el estado d e usted no puedo atribuir a otra causa la convul– sión de su mano, que á una excesiva debilidad, sálgase usted cuan-

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