La expedición libertadora

302 advierte, su persuación y su ejemplo suavizarán las pasiones; ten– dremos esto más que agradecer a usted: y será usted cada día más digno de afecto de sus amigos. Lo es todo de usted. Juan Martín de Pueyrredón. -o- (166) Buenos Aires, 2 de Septiembre de 1818. Señor don José de San Martín. Amigo querido: Ha debido usted graduar cual ha sido el sentimiento mío, y de todos los amigos de la unión desde el día que recibimos las comunicaciones sobre la ocurrencia de Guido. Estoy cierto que si usted hubiera estado presente, todo habría sido terminado de un modo amigable; pero el diablo siempre ha de meter la cola; y así es preciso vivir siempre alerta, y con la espada desnuda. Por esto es que dije a usted en mi anterior que apresurase su paso de cor– dillera, pues temí por el tamaño de los primeros pasos que llegase a ponerse tan agria la cosa que fuese imposible templarla. Veo por la última de usted del 17 próximo pasado que un temporal y un vomitivo que había tomado le impedían ponerse en camino, pero, pues impuesto de todo, me dice usted que había dado sus disposiciones, quedo tranquilo. Hace tres correos que no he escrito a Guido, suponiéndolo en camino por las órdenes de que le fueron por posta: dígale usted, si aún lo ve, que venga tranquilo. Yo he hecho correr la voz de que hacía que me instaba por su separación de Chile; y que me había visto precisado al fin a concederla. ¡Ah, mi amigo! En cuantas amarguras nos hemos metido con el maldito empréstito! Hasta aquí no se han sacado más que 87.000 pesos de los españoles, Jos ingleses se han resistido abiertamente

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