La expedición libertadora

310 El hijo de mi hermano Pepe, á quien usted conoció en San Luis, fué destinado al comercio y remitido al Río Janeiro, para que adquiriese los conocimientos necesarios. Su genio lo inclinaba á la carrera de las armas, me lo expresó con vehemencia y me fué preci– so favorecer su inclinación. Ha sido destinado al ejército de los An– des en Ja clase de alférez de caballería por elección suya. Van en este correo sus despachos en Ja clase de oficial suelto y hasta que colocado en un regimiento, se le libren los correspondientes; yo quisiera que lo fuese en el de Granaderos, porque es de oficialidad escogida. Su disposición anuncia que no será cobarde, habla el fran– cés y tiene principios de inglés, pero está en Ja edad en que man– dan más las pasiones que la misma educación, y es por consiguien– te necesario, que usted encargue que me Jo tengan á brida corta. Por separado escribo á usted Jo que ha ocurrido con el señor Brayer. Si usted me hubiera mandado su causa, no habría estado este señor tan altanero; dígame usted por pliego en posta su de– terminación. Es de toda necesidad, aun para nuestras miras ulteriores que concluyamos con Talcahuano, me parecen muy bien las disposicio– nes que se toman. Muy conveniente será la presencia de usted en Chile, para dar impulso á las cosas; pero debe usted quedar expedi– to dentro de dos, ó dos y medio meses, para venir á completar los deseos de sus amigos; y asegurar para siempre la independencia de las Provincias Unidas, y nuestra quietud y descanso, que á la verdad bien la necesitamos, después de tantos afanes, y de tantas perradas en nuestros primeros años. Mis dolores siguen su alterna.tiva, pero mi amistad está tan fir– me como puede ser la vida de su amigo. Juan Martín de Pueyrredón. Buenos Aires, 2 de diciembre de 1818. (171) Señor don José de San Martín. Amigo mío querido: Dije á usted en el último correo que había descubierto aquí

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