La expedición libertadora

419 tades sean cuales fueren las causas que las aumenten. Véase, pues, cual es el campo que se abre a las esperanzas de Buenos Aires, si logramos conmover algunas provincias del Perú, diseminar y fati– gar la fuerza de los enemigos e imposibilitarle su atención sobre nuestro territorio; y véase si esto es posible repasando las cordille– ras el ejército de los Andes. Además recuerde usted. amigo mío, que la expectación de la Europa está pendiente de estos sucesos, los ánimos de los peruanos electrizados con la confianza de nuestras promesas y el interés del país, nuestra libertad y nuestra fama in– teresados en el cumplimiento de estos votos. Se cree también que Chile nada tiene que temer por estar de– fendido por su escuadra y por haber arrojado a los enemigos exte– riores, pero conviene, amigo, no nos equivoquemos en estas cosas. Ni uno ni otro fundamento existe. Usted sabe que la escuadra de– bía forzar el puerto del Callao el 17 de febrero; según las cartas del Lord Cochrane, hoy se ha cumplido más de un mes, y a esta fecha nada sabemos de su resultado. La empresa era peligrosísima y hay justos motivos de temer un contraste, en cuyo caso quedaba Chile a descubierto de un ataque. Pero suponiendo que Cochrane triunfe y aprese algunos bu– ques de guerra esto no impide la continuación de la guerra en este país, sean cuales fueren los puertos que bloquee. Todo el mundo sabe que aun a la vigilancia de Jos mejores marinos se escapan bu· ques de los puertos bloqueados y que al Virrey no sería difícil en– viar de algunos de los muchos puertos de la costa occidental, par– tidas sucesivas de armas. dinero y municiones a Chiloé, de allí a Valdivia a reforzar a nuestros enemigos y sostener la guerra que aun sigue bajo la misma dirección del jefe que la ha sostenido por tantos años. Sánchez se ha retirado del Bío-Bío con más de 500 veteranos;. todas las tribus de indios se han sublevado; la frontera ha sido embestida con impetuosidad después de la retirada de Balcarce; los guerrilleros ·zapata y Pincheyra amagan por San Carlos. Freire ha dicho oficialmente que no responde de la seguridad de la pro· vincia si no se Je auxilia inmediatamente; el invierno se acerca y si en medio de la desolación de la provincia hace Sánchez Ja guerra de recursos por la espalda a la fuerza que cubre la línea del Bío·Bio, al mismo tiempo que es amenazada de frente por los indios y los fusileros de Sánchez, perece aquella o disuelve infaliblemente ... ¿Es esto, amigo querido, haberse acabado la guerra en el país? ¿Es esto estar afianzada la libertad de Chile? ... Ahora bien: si Ja fuerza de Chile existente en la actualidad so-

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