La expedición libertadora

421 Yo me he extendido demasiado porque mi corazón se destro– za con la memoria de un porvenir tan melancólico, y porque en verdad veo perdidas las fatigas de usted, la sangre de sus compa– ñeros y Jos desvelos de sus amigos después de Jos esfuerzos má~ generosos por Ja libertad de la América. Veo, en fin, que el pase del ejército tras los Andes, prepara estos conflictos, los peligros de nuestro país y Ja ruina de América. Perdido Chile y el Perú. Ja ex– periencia nos ha acreditado que una consunción lenta basta para concluirnos. Compárense, pues, los bienes que se propone Buenos Aires aumentando algunos hombres para su defensa con Jos preci– picios de que cerca a toda Ja América; y deme usted su opinión como la única que puede consolarme. Repito a usted que lejos de oponerme a Ja resolución de nues– tro gobierno en manera alguna, he pedido todos los auxilios para que se realice, e insistiré en ellos a menos que usted penetrado de mis reflexiones dé un corte a nuestra espinosa situación. Yo qui– siera convertir las arenas en hombres para defender mi amada pa– tria y escarmentar a sus crueles agresores. Deseo también participar allí de los peligros que ella corra, pero jamás ocultaré a amigos co– mo usted mi opinión, ni aun a mi gobierno en una causa en que soy tan empeñoso como el primero de mis conciudadanos y cuyos com– promisos no he rehusado nunca. Dispense usted este desahogo y dí– game con la celeridad posible qué partido se toma. Nuestro Borgo– ño pasa a hablar con usted y hará otras explicaciones de que tiene más conocimiento en razón de no haber podido estar en Jos acuer– dos de los amigos en estos días por mi enfermedad. De un momen– to a otro espero a nues tro Balcarce, quien ha tomado ya las medi– das posibles, pero lentas por la suma dificultad de los auxilios. He detenido a Rojas por haberme dicho tenía orden de usted de salir un día antes de la primera división. Piense por Dios en la situación de ambos territorios y decida. Un paso retrógrado puede llevarnos al sepulcro y si después de todo se suspende la expedición de España, o se dirige a otros puntos, que es más probable, no hay otro recurso que resignarse a los resultados de nuestra imprevisión. Sea usted feliz y mande a su verdadero amigo, Tomás Guido P.D.- He suspendido Ja publicación de las proclamas hasta que usted me conteste.

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