La expedición libertadora

439 (251) Santiago, 27 de junio de 1819. Señor don José de San Martín. Mi muy querido amigo: Celebro en el alma que la incómoda enfermedad de usted va– ya cesando y ojalá sepa muy pronto su completo restablecimiento. Después de mil cuidados por la difícil situación de Cochrane sin auxilio de la división de Blanco, hemos tenido el gusto de que entre a Valparaíso, pocos días antes del arribo de la Curiacio de Buenos Aires. La escuadra está ya reunida; dentro de 12 o 15 días dará a la vela. Jonte llegó a Valparaíso muy enfermo, hasta ahora sólo he re– cibido de su mano la que incluyo a usted original; cuando hable con él daré a usted detalles importantes. Ya habrá usted leído en el Telégrafo los cargos que comunmen– te se hacen contra la conducta de Blanco; él va a contestarlos por la prensa; entretanto yo opino fundado en los datos que adquirí en Valparaíso que cada uno de los capitanes tuvo un interés personal en significar a Blanco más escasez de víveres que la que·en realidad había en la escuadra; que Blanco defirió con demasiada credulidad, pero que su regreso a Valparaíso no fué un crimen. La copia que acompaño da idea de sentimientos elevados en Cochrane; tengo entendido que la propuesta no ha sido aceptada. Dentro de tres o cuatro días esperamos al Director, entretanto le he escrito lo que usted me dice para él en carta del 2. Peña queda también enterado de todo. Luego que don Juan José Sarratea dió su firma para entrar en la compañía expedicionaria, quiso marchar a esa para cumplir a us– ted su promesa de regresar a fines del corriente, yo le he retenido así por el horrible estado de la cordillera como porque esperaba la opinión de usted sobre las nuevas proposiciones subscriptas por Solar en lugar de Arcos, que remití por el extraordinario del 24 de mayo, y en cuyo recibo nada me dice usted. La conducta de Sarratea en este país ha sido decorosa bajo todos respetos. Sin embargo, si

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