La expedición libertadora

445 (255) Santiago de Chile, 12 de agosto de 1819. Señor don José de San Martín. Mi amado amigo: Reservado. Ratifico cuanto he dicho a usted en mis anteriores respecto a la escuadra de Chile. Cochrane está inclinado a doblar si concluye con suceso sus operaciones en el Pacífico, pero para ésto es necesario que nuestro Gobierno por medio del de este país o por el conducto de usted o el mío lisonjee a Cochrane su ambi· ción pecuniaria, como la pasión favorita que he descubierto des· pués de la estudiada liberalidad con que se presentó en este país; y necesitamos también dinero disponible para ayudar a este Gobierno a la habilitación de la escuadra a su regreso de Valparaíso. Las últimas noticias de expedición de España al Río de la Plata, han paralizado aquí el proyecto de nuestra expedición al Perú. Nada se habla de ésto en el ministerio después de apro· hado por el Senado las proposiciones de Peña, Sarratea y Solar, y como conservamos y conservaremos el sistema de prescinden– cia que hasta aquí respecto a las deliberaciones de este Gobier– no, deseo sólamente saber dos cosas ahora que va usted a la fuente: H Si cree nuestro Gobierno que destruídas las fuerzas enemigas en el Pacífico debemos expedicionar al Perú; 2~ si para ésto podremos contar con algún auxilio pecuniario de Buenos Aires. Es necesario que consideremos que Chile no puede sostener su escuadra actual, y que si destruye la de los españoles no puede dejar de tomarse uno de tres partidos: disolverla, bus– car numerario en el Perú para sostenerla expedicionando sobre aquel territorio o tomarla nuestro Gobierno temporalmente de su cuenta para la defensa del Río de la Plata. Si se disuelve, no será posible volverla a formar porque los recursos de este país van en diminución y la oficialidad y ma– rineros desaparecerían : la España, más constante que nosotros enviará nueva fuerza al Pacífico, el virrey del Perú renovará

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