La expedición libertadora

73 te la atención la inhabilite de prestar socorros al resto de las pro– vincias y le aumente sus necesidades hasta el caso de obrar de acuerdo con la fuerza que nos acometa por el corazón de los pueblos. Mientras tanto debemos suponer que el ejército opresor de Chile será reemplazado y disponible en el año siguiente en el nú· mero de 8000 así por los refuerzos que habrá de recibir de Lima como por los batallones que se organizarán de los naturales del reino. Obtenida que fuese por los enemigos la posición de Salta y Tucumán, no admite duda en mi opinión que el general de Chile caería sobre la provincia de Mendoza y no pudiendo la guarni– ción ele aquellas fronteras elevarse hasta oponer resistencia feliz á 6000 hombres que la acometan si la atención del gobierno sz divierte por ahora á varios puntos, es moralmente cierto fuese ba– tida y Buenos Aires estrechada en sus relaciones y recursos á sola la provincia. ¿Cuáles serían en el supuesto caso los medios de nuestra con· servación y defensa? ¿Cuál el término de nuestra gloriosa con– tienda?. . . Quisiera apartar mi imaginación de esos días melan– <.ólicos que presento para no ser atormentado con la memoria de la desolación de mi patria. Por lo que á mí toca, yo habría cumplido los deberes de un americano, siendo una de las víctimas de la libertad, pero lleva– ría mi dolor hasta el sepulcro si me viera envuelto en las ruinas de mi país por la inercia é irresolución del gobierno y por no haber prevenido en tiempo Jos males que aun es posible remediar sin grandes peligros. Concluyo, pues, que considero impolítico y ruinoso continuar Ja guerra ofensiva con el ejército wxiliar del Perú; que es for– rnso adoptar medios enérgicos para desconcertar el plan de los enemigos y que si no ganamos instantes por conseguirlo tal vez no haya tiempo para conjurar la tormenta que nos amenaza. Al intento manifestaré á V. E. mi opinión tal cual la he forma· do sobre nuestros recursos, Jos del enemigo, y los puntos que pertenecen á unos y á otros. La ocupación del reino de Chile es el objeto general que pm· •;arias razones debe proponerse el gobierno á todo trance y á ex– pensas de todo sacrificio; primera, porque es el único flanco don– de el enemigo se presenta más débil; segunda, porque es camino más corto, facil y seguro para libertar las provincias del Alto Perú, y tercera porque la restauración de Ja libertad en aquel país con-

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