La expedición libertadora

75 triotas, las relaciones de amistad y parentesco de las primeras ca– sas con los emigrados de aquel país, la constante seducción de nuestros papeles y la conducta procaz é insolente de los magistra– dos españoles forman un poder real que inflama al pueblo de Chile contra sus enemigos y que debe entrar en el cálculo de las empresas del gobierno sobre aquel país. Para comprobar la efi– cacia de mi deducción, sírvase V. E. pasar la vista por las comuni– caciones de nuestros agentes en Chile y de vecinos respetables en todo el año 1819 y meses que corren del presente: ellas sumi– nistrarán material abundante para convenir que en ningún ángulo del Estado, el enemigo es tan débil por las circunstancias activas que concurren á su destrucción. Quiero permitir que la presencia de los tiranos haya enervado en los chilenos la facultad intelectual y el temor venza á la re· reflección y sirvan con acatamiento á su señor, sería una temeri– dad presumir permaneciesen en actitud tan humillante si se les presentase la esperanza fundada de sacudir el yugo, si viesen va– cilar á sus opresores por el asalto de las tropas de estas provin– cias, entonces declinarían tal vez el estremo de irritación que en– gendra la venganza, el orgullo y el desahogo de las pasiones oprimidas. Sobre la evidencia de estos principios y en el concepto que el general Marcó eleve su fuerza hasta el siguiente noviembre al nú– mero de cuatro mil quinientos hombres disponibles, concibo pue– de abrirse ventajosamente la campaña por nuestra parte, del mo– do siguiente. La fuerza existente en Mendoza por el último estado de abril sube á mil setecient9s setenta y tres plazas veteranas, y remon– tado el segundo batallón del regimiento número 11 á su dotación natural debe sumar con la recluta de los demás cuerpos á dos mil doscientos veteranos en el próximo septiembre según pro· metió el gobernador intendente de Cuyo en oficio de 29 de fe– brero anterior. En consecuencia debe marchar á principios de junio el regi– miento número 8 con ochocientas plazas y trescientos a rtilleros que sirvan á su vez de fusileros; el segundo batallón de grana– deros de infantería que con doscientos hombres de Santiago del Estero y trescientos de la jurisdición de Córdoba ó San Luis pase á la provincia de Mendoza; que se forme en ella un cuerpo de emi– grados ó aventureros; que se organicen cuadros de los oficiales sobrantes; que se remitan de la capital mil y quinientos fusiles de repuesto fuera de los del uso de los batallones, cuatro piezas de artillería volante y demás auxilios que solicite dicho gobernador intendente.

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