La expedición libertadora

78 Si el enemigo fuese derrotado se ofrece á mi imaginación el cuadro más halagüeño y glorioso de nuestra revolución. Paso por alto las reformas consiguientes en el reino, y la po– lítica económica para el restablecimiento de un sistema liberal conforme á la voluntad de los pueblos, éste será un objeto del examen más detenido y reflexivo. Contraigo mi atención á la liber– tad de las provincias del Alto Perú. En el momento de posesionarse de Chile debe el general dis– poner una expedición de quinientos hombres con un jefe de cré– dito y resolución, dos piezas de artillería y los mil fusiles á bordo de los buques á desembarcar en el puerto de Moquegua con el ob– jeto de insurreccionar toda la costa de Tacna, y las provincias de Puno, Cuzco y Arequipa y auxiliar los esfuerzos magnánimos de los naturales. La noticia sola de la libertad de Chile bastará para inflamar el espíritu enconado de aquellos pueblos y su revolución sostenida por las tropas y armamento que jamás han logrado pon– drán en consternación el ejército de Pezuela, etc. Acertado que fuese este golpe los auxilios debían repetirse por medio de los buques nacionales así para dar pábulo á la gue– rra á la retaguardia del enemigo como para conservar bajo los auspicios de la patria el mercado de aquella provincia para el con– sumo de los frutos de Chile. Dejo al discernimiento de V. E. cuál sería entonces la suerte del ejército de Pezuela sin comunicacio– nes con su metrópoli, sin los refuerzos de Chile y flanqueados en todos sus costados. Cuando menos podemos suponer se replegase para abrirse camino á sus espaldas que regresase á sofocar la re– volución del Cuzco y abandonase forzosamente nuestras provincias Tal es la ocasión en que debía marchar de frente el ejército auxi– liar del Perú y poner á cubierto á los pueblos.. de nueva invasión bajo diferente sistema militar que el que ha observado hasta aquí quedando demostrado el segundo motivo que á mi juicio debe empeñar V. E. en la ocupación del reino de Chile. Cuando las reflexiones que he procurado fundar no alcanzacen á persuadir la necesidad y utilidad de la restauración de Chile <11na leve meditación sobre el abatimiento de los fondos públicos, la decadencia del espíritu nacional, la divergencia en las opiniones, la ruína del giro mercantil y el último conflicto con que nos ame– nazan los preparativos de los portugueses concluirán: que en la alternativa de perecer en la inacción ó correr el riesgo de buscar en Chile el baluarte de nuestra independencia, es urgente y obliga– torio elegir el único camino que resta menos espinoso. El numerario influye en la conservación del cuerpo político lo que la sangre en la del cuerpo humano; la falta de circulación

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx