La Marina, 1780-1822

104 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS aceite de linazas se pusieron por Inventario, y que en esta ope– ración solo concurr ió en verla el señor Comandante don Félix Olazábal, y evaquado este paso fueron a la Bodega y escotilla de proa, registraron y reconocieron tan menudamente qua! re– quería el asunto: que se vinieron a tierra y el señor Comandante Militar activó el avío de la correspondencia de España para la de esta capital; mas ignoro si la suelta que tenía el Administrador de Correos don Vicente Castañeda siguió el mismo destino o nó. Que al segundo día de esa operación determinó el señor Coman– dante Militar mandar a Piura los prisioneros y de contado los equipajes con las mismas seguridades, a cargo de un piquete de tropas a las órdenes del Subteniente don Manuel Rejón, y que es cierto que por lo que le había informado al confesante el Con– tramaestre Victoriano Cárcamo de interés que llevaban los equi– pajes (fol. 84) previno el confesante al Subteniente don Manuel Rejón estuviese listo en la custodia de estos dichos equipajes porque se decía había interés en ellos, pero que lo cier to es que el confesante ni los abrió ni vió dinero mas que de don José Enríquez de Guzmán y una talega de crudo cosida en el baúl del caballero Cortines quando don Bernardo Soffia llevó la llave pa– ra que la ordenanza de dicho Cortines sacase una o dos camisas de dicho equipaje, pero el confesan te no puede asegurar si fueron onzas o plata blanca, y del mismo modo el demás interés que se decía. Ultimamente, el confesante dice que se remite a su de– claración hecha antes y que siendo esta operación dilatada ha dicho quanto a su palabra de honor le ha parecido conveniente, y responde. Preguntado si en la comisión que obtuvo el Ayudante Soffia acompañado de la ordenanza del Teniente Coronel Cortines para abrir los baúles, supo o ha oído decir se extrajese de ellos algún dinero y a pr esencia de qué personas se hizo esta operación, dixo: Que el Ayudante don Bernar do Soffia mandó pedir las llaves al Subdelegado de Marina con Manuel Otoya como depositario que era de ellas, y venidas que fueron hallándose este en casa del confesante con el asistente del Caballero Cortines se sacó un baúl que se hallaba con otros encima de él, con cuyo mérito el confe– sante preguntó el motivo con que se iba a abrir aquella arca, a lo que contestó el Ayudante que era para sacar una muda de ropa, y efectivamente se abrió y sacaron de él según tiene presente el confesante una o dos camisas, pantalón y chaleco, (fol. 84v) con más una bolsa de pita enrejada con algunos reales, que por su bulto conceptúa el confesante como ciento o más pesos por pron-

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