La Marina, 1780-1822

118 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS vo, ya evaquado este paso mandó dicho señor subir la guardia y !a gente armada (fol. 96) que quedó de custodia en el referido Paylebot a las órdenes del Subteniente don Nazario Frías y Alfe– rez graduado Miguel Mogollón, prevenidos militarmente a que con ningún motivo tocase buque alguno al expresado Correo bajo de la responsabilidad en contrario procedimiento. Que también es cierto llegamos al muelle donde estaba el señor Administrador don Domingo Cordero con otro trozo ·de gente para recibir a los prisioneros, y que efectivamente el señor Comandante don Fran– cisco Frías mandó ponerlos en una de las piezas altas de la Adua– ña, con sus camas, en el mejor orden y aseo, que requerían la graduación de ellos y podía brindar este puerto. También es cier– to se les puso una guardia según requería el asunto providencian– do de contado que el Subdelegado de Marina don Manuel Otoya se hiciese cargo de pasarles lo necesario para su manutención y die– tas por quenta del Estado. Del mismo modo es cierto que ase– gurado todo en los términos que vá expresado, se retiró el señor Comandante para poner un parte para Piura por medio de un expreso y otro para La Huaca en solicitud del cirujano para curar a los heridos, y evaquado este paso, mandó repicar las campanas y haciendo con el pueblo otras demostraciones de júbilo en ob– sequio de la Patria. Que también es cierto ha visto el buen orden que se ha llevado en esta materia en la que no se ha notado ex– travío uno ni ninguno ni menos lo ha oído decir, antes sí un ver– dadero celo propio y debido a su encargo. Que es cierto que el dia veinte y dos (f. 96v) a las seis de la mañana mandó dicho se– ñor Comandante don Francisco Frías tremolar su bandera en tierra, con nuevos repiques de campanas, a que con testó el Pay– lebot Correo fixando la suya, que ya había dispuesto por la Pa– tria, y rompieron su salva con dos pedreros y trece fusiles que cargaba el buque, con cuyo motivo se fué a bordo acompañado del Subdelegado de Marina y de contado trajeron los equipajes guardándolos y custodiándolos con las mejores reservas en su propia casa y continuando el depósito de las llaves en poder del dicho don Manuel Otoya hasta el siguiente día en que llegó el señor Comandante Militar don Félix Olazába l a consecuencia del parte que se le pasó por dicho Comandante don Francisco Frias con inserción del parte del Contramaestre. Que en el aprisiona– miento del buque no tiene mas que decir de verdad que luego que el Contramaestre les dispuso el ánimo para hacerlo desde el Ca– pitán al paje fueron gustosos y complacidos en emprender una obra que juzgaban de utilidad e interés a la Patria por la corres-

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