La Marina, 1780-1822

310 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS con la entrega de la mitad proporcionar los buques necesarios para su trasporte, pagándoles a su justo precio para cualesquier país fuera del Perú y Chile, con la única condición que se entregue que– mando los castillos que U.S. evacuase, siendo esto necesario para la garantía que bajo mi palabra de honor le prometo y si otra seguridad se necesitase, puede U.S. proponérmela Dios etc. Bahía del Callao, agosto 9 de 1821, Cochrane". A este oficio tan lleno de malignidad, contestó el Gobernador del Callao del modo siguiente: "Excmo. Sr. En toda la correspondencia seguida hasta el día entre el Excmo. Sr. don José de San Martín y este Gobierno, no hay alguna que pueda referirse a la propuesta que V.S. se sirve hacerme en su honorable oficio de 9 de agosto. Dios etc. Agosto 14 de 1821. José de la Mar. Excmo. Sr. Lord Cochrane. Almirante de Chile". ¿Qué vergüenza para el Comandante en Jefe de la Escuadra de Chile el quedar por impostor ante uno de los Jefes enemigos? ¿Qué osadía la de arrogarse facultades que no estaban en la esfera de las suyas y la de pretender dictar leyes al Perú, y burlarse quiza del Supremo Gobierno de Chile con la posesión de aquella impor– tante plaza? No satisfecho Lord Cochrane con lo que había ejecu– tado, quiso dejarnos hasta en los momentos de su separación nue– vas pruebas de su conducta. ABUSOS FRECUENTES. En una nota de 8 de octubre participa desde Ancón que "ha– biendo sabido se hallaba oculta en la arena una cantidad de vino y aguardiente Cque no esperaba) probablemente con el objeto de evadir el pago de derechos lo había hecho embarcar". No sabemos con qué justicia ni autoridad se apoderó de aquellos artículos. En :;u nota anterior acaba de sentar que "él dependía del Gobierno de Chile, cuyos intereses los consideraba distintos de los del Pe– ru" a menos que por la diversidad de intereses consideraba Lord Cochrane el territorio peruano como enemigo, parece que por el principio del Vice-Almirante de la Escuadra de Chile, cualquier comandante de fuerzas amigas o neutrales se encontraría en igual derecho para tomar cuanto hubiese en la playa. Por último para no fatigar mas la atención de U.S. tenemos la honra de acompa– ñarle el último oficio dirigido a Lord Cochrane por el señor Mi· nistro de Marina. con el cual están patentizados todos sus actos de insubordinación, sórdida codicia y descuido en el cumplimiento de sus deberes; los compromisos en que puso a S.E. el Protector aventurando la causa del país en la expedición que caprichosamente y contra órdenes terminantes hizo a los puertos intermedios; ~on

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