La Marina, 1780-1822

LA MARINA 65 un cinto de lienzo con diez y siete onzas de oro, las que ha perdi– do, un negro nombrado Nazario, quién las extrajo del baúl en la noche de la sublevación al sacar una muda de ropa, pues estaba ensangrentado enteramente el que declara: a quién avisó de todo el citado Nazario diciéndole que se las iba a guardar para entre· gárselas en tierra; mas, como tiene dicho, no las entregó; en quan– to a los demás pasajeros es notorio al declarante la pobreza del Señor Superintendente y otro oficial de Contaduría que le acom– paña: Que el Teniente Coronel Cortines traía algunas onzas de oro y un poco de dinero en plata, que lo vió en la cámara: Que de don Gregorio Hernández no sabe trajese cantidad ni aún pequeña: de don Plácido Zamora sabe traía por una parte un cinto de cien onzas de oro, embarcado por alto en el Callao por mano de Victor Cárcamo, y además unos quantos pesos que le vió en el bolsillo. Preguntado de quiénes fueron los primeros baúles que se abrieron a bordo, pues no salva la primera parte de la anteceden– te, interrogación dixo: Que no se abrió baúl ninguno, pues todos fueron entregados (fol. 47) al Comandante de Payta don Francisco Frias, quien exhibió a todos los pasajeros sus llaves antes de ir a tierra: si se acuerda de que el cocinero del equipaje, llamado Pan– cho, que era el que cuidaba a los heridos, intimó a los pasajeros, estando ya encerrados en la cámara, que entregasen todo el dinero que tuvieren pues que el otro día habían de ser reconocidos los equi– pajes, esto mismo dixo al día siguiente, mas no se verificó el citado reconocimiento ni la entrega de la plata. Preguntado quienes fueron los primeros que saltaron a bor– do del Paylebot luego que fondeó en Payta y a poder de quienes pasaron los baúles y demás equipaje de los pasajeros, dixo: Que fueron a bordo en esa noche una porción de personas desconoci– das para el declarante pero el primero que entró en la cámara y habló a los pasajeros fué el Comandante de Payta, al qua!, como tiene dicho, se entregó de todas las llaves de los baules: que estos pasaron a su casa, donde los vió el declarante quando habiendo hecho presente al señor Comandante Militar que las heridas lo tenían en muy grande desaseo le permitió pasara a casa del ci· tado señor Frías, en cuya presencia sacó dos mudas de ropa: que al día siguiente de haber llegado a Payta, el señor Comandante de Piura mandó entregar todas las llaves que tenía Frías a sus respectivos dueños, conservando siempre en su casa los equipa– jes: que estos fueron luego remitidos a Piura bajo la custodia del Subteniente Rejón, y depositados baxo la custodia de la guar– dia de la Comandancia en una pieza de la casa: Que el día que se

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