Fénix 32-33, 63-73

APOLLONIUS E INCUNABLES' EUROPEOS 65 Pero de lo que sí estamos seguros, es que en la Biblioteca Nacional de Lima, exis- ten actualmente diecisiete singulares y valiosos incunables europeos, que glosare- mos luego. A manera de preámbulo comenzaremos haciendo un poco de historia al respecto y se declara que desde los primeros días de la Colonia, el Perú poseía bibliotecas particulares tan valiosas que a los escritores de entonces, les que tales eran más ricas en sus fondos bibliográficos que las establecidas a la sa- zón en los colegios de Sevilla. Importantes eran por ejemplo la de don José Euse- bio de Llano Zapata, Pedro José Bravo de Castilla, la de Gaspar Pérez de Urquizo e Ibáñez y otros, que sería muy largo mencionar. De lo que no podemos dudar es que recién fundada la Biblioteca Nacional en 1821 por el general don José de San Martín, ya poseía en sus estanterías, apreciables ediciones principes europeas, por- que el Libertador era muy aficionado a coleccionar incunables y elzevires (a) que luego donaría a la recién fundada institución educativa. "El general San Martín era aficionado a las ediciones elzevirianas y en 1821 regaló al establecimiento do- ce elzevires, de los cuales sólo hemos recobrado cinco". Al decir, recobrado, se es- taba refiriendo a la depredación sufrida por nuestra primer biblioteca en la guerra con Chile (1879). Y nos sigue narrando un bibliotecario de aquella época: "A la muerte de éste (Vigil), en 1874, fue nombrado el coronel Odriozola (Director de la B.), quién ejerció el cargo hasta marzo de 1881, en que el~eneral chileno don Pe- dro Lagos ordenó,el saqueo de la Biblioteca que contaba cincuentiocho aííos de fun- dada y un, caudal de 56,127 volúmenes. Habíase logrado reunir;en la Biblioteca las más raras y valiosas.ediciones de la Biblia, del Quijote y de la Divina Comedia. Excedían a 200 los elzeviresy a 150 los incunables, lo que hacía de la Biblioteca de Lima que fuese estimada por los bibliófilos como la primera de ~m&c adel ~ur"5 No podemos imaginar, el profundo pesar que causaría esta profanación de las bordas chilenas en nuestra.primer Biblioteca. Una muestra de la barbarie: en un pn?- cioso y extraordinario incunable italiano, que trata acerca de quiromancia -que des- pués revisaremos- don Ricardo.Palma hizo una anotación mapuscrita rubricada, en la cual nos informa, cómo adquirió este valioso édito de das manos de un soldado chiieno. Por el momento, sólo daremos el nombre de la obra: Opus pulchetrMtr, chiromantie. En la primera Memoria (1884) de la Biblioteca Nacional luego de la mencionada guerra don Ricardo Palma nos dice como primer directivo de la institución, que és- ta queda definitivamente reorganizada después de ardua labor. Abre de nuevo sus puertas. teniendo catalogados quince mil ochocientos treinta y dos volúmenesen la sala Europa y cinco mil seiscientos noventisiete en el salón América, sin contar los diez mil volúmenes de la sala de depósito. El flamante directivo había tenido que mendigar libros, se comenzó a recobrar ,valiosasobras que estaban en manos de par- (a) "Dáse por nombre de elzevires a los impresos desde 1580 hasta 1712 por los Elzevir, ape- Uido de una célebre familia de impresores, editores y libreros que tuvieron sus talleres ti- pográficos y oficinas, a la vez, en vanas ciudades principales de Europa. Las ediciones elzevinanas se distinguen por la limpieza de tipo y corrección, estimado los autores con+ temporáneos de entonces como la más alta honra la de"que su libro saliese de las prensas de aquellosrenombrado's.editores". 6 . Calderón, Manuel. "lncunables y elzevires". En: Boletín bibliogrdfico. Ed. por CarlosPnn- ce. Lima, 1888. p. 17. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.32-33, 1987

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